EL ÚLTIMO DE LOS VIAJES
(En memoria de Fabio y Heródoto)
Alucino
Es tanta la soledad
La avenida se estira
con cabellos de Medusa.
La luna cambia a amarillo
El mar me acaricia
con sus lenguas de sal
como si fuera suyo
las sirenas ululan
pero no quiero escucharlas
y me aferro con fuerza
a mi tabla de náufrago .
Desvarío
Siento tu presencia
Emerges de la noche
húmeda de sueños y deseos
la tabla adquiere entonces
la tibieza de tu seno
La avenida se estira
con sus ojos de cíclope
y me hundo en la dulzura
de tus sargazos tiernos
Entro en tu caverna
y habito tiempos idos.
La luna cambia a Rojo
Deliro
Hay un estruendo de sol
y de vidrios molidos
Unas manos urgentes
me suben a otra tabla
La avenida se estira
con alas de Pegaso
Las sirenas ululan
y no quiero escucharlas
La luna cambia a verde.
El mar me acaricia
con sus lenguas de sal.
Unas voces me llaman
a otra noche sin luna.
Como el mar todas las luces en verde.
Penélope,
sólo tu presencia me salva
de mis siglos de naufragio.